
Uno de los errores más comunes de nuestra sociedad son las cárceles, no, tranquilos, no me he convertido al anarquismo pacifista neohippie ni cosa semejante. Se trata tan solo de un punto de vista que a mi me parece de lo más ridículo, idealista y, al fin y al cabo, tan hipócrita como la moralina cursi con la que somos día a día adoctrinados... la reinserción.
La reinserción es un extraño concepto según el cual el pederasta más repugnante o el neonazi con el cerebro más lavado es visto como una persona que simplemente perdió el rumbo y que, por tanto, es capaz de encontrar de nuevo el camino recto. Lo que acabo de exponer es algo que me repugna pues pasa por alto un derecho legítimo de cada ser humano, un derecho que el llamado mundo civilizado niega del modo más fariseo, el derecho a la venganza.
Para empezar a mi me importa una mierda si el asesino / pirado de la baraja ha visto la luz y quiere pasarse el resto de su vida haciendo aeromodelismo, me la trae al fresco si un asesino violador de ancianas de por ahí dice que se arrepiente y quiere estudiar teleco por la U.N.E.D. Ya ves tu lo que me importan a mi esas cosas.
Partamos de una base muy sencilla, los presos no son todos enfermos y por tanto la prisión debe ser un medio que cause terror. Las penas para asesinos, violadores, pederastas, ladrones de guante blanco con oficinas en rascacielos, etc... deberían ser de cadena perpetua sin posibilidad ni de reducción ni permisos ni libertad condicional ni nada. El ser humano, lo siento señores creyentes, no es el reflejo de un ególatra Dios perfecto, y lo siento también por aquellos antropocentristas revolucionarios franceses, en especial Rousseau, pero el ser humano no es un ser bueno al que la sociedad pervierte. El ser humano es un animal violento, feroz, depredador y cainita como pocos y toda su sociedad, todos sus patrones y dogmas culturales según los cuales el sufrimiento ajeno se considera nocivo, no son más que intentos vanos para contener su propia sed de sangre. Decidme entonces qué podemos esperar del único animal que necesita fabricar jaulas para salvaguardarse de si mismo... NADA.
Ataulfa propone, por tanto, que nos dejemos ya de falsos idealismos y de confiar tan ciegamente en el sobrevalorado género humano. El concepto de venganza debe ser reivindicado pues es el más humano y primigenio impulso a la justicia que nuestra desorientada especie haya conocido y también es, por si alguien no se había percatado, el único impulso a la violencia que no es gratuito.
Aderezo este artículo con dos citas célebres que resumen buena parte de lo comentado:
"Ojo por ojo, y el mundo se quedará ciego." Gandhi
"...mejor que nos quedemos todos ciegos a que solo vea el que me sacó los ojos." Ataulfa