De toda la chusma que uno está obligado a codearse día a día nunca faltan unos seres que hacen que uno envidie a los sordos. Se trata, cómo no, de esa escoria que se piensa que su mediocre y repugnante “música” es buena y que además TODOS queremos compartirla con ellos.
La mayor parte de estos seres son esa clase de niñatos adolescentes o de edades cercanas a esa fatídica edad. Quizás algún alma llena de amor, no como la mía que rezuma odio, diría que eso de poner el móvil con la cancioncilla de moda del momento a todo volumen es producto de la necesidad adolescente de llamar la atención para remarcar un poco la identidad o yo que sé que absurdos argumentos. La verdad es que a mi me da igual las estupideces que esta gente pueda tener en la cabeza, sus conflictos internos y sus procesos hormonales, ni mis tímpanos ni mi cerebro ni mi sentido del gusto tienen porqué soportar esas cataratas caóticas de decibelios estridentes y de notas mal combinadas al gusto del respetable e inculto vulgo consumista.
Si fuera por mi les confiscaba todas esas mierdas pero como el Mundo no es lo suficientemente inteligente como para darme a mi el poder pues tengo que conformarme con interrumpir los conciertos de esa chusma al son de un rotundo “Baja esa puta mierda o te la bajo yo”. Desde luego estoy por apuntarme de nuevo al gimnasio para poder replicar a esa basura de gente cuando tengan la mala idea de contestar a mis educadas y diplomáticas peticiones. Sería bueno también aprender algún arte marcial pues estos seres suelen ser de esos a los que si los contradices te intentan poner su frente sobre la tuya relinchando como el ganado más primitivo y maloliente. De momento no me ha ocurrido esto pues hasta la fecha soy un silencioso sufridor de gustos “musicales” ajenos.
No por mucho tiempo.
Aún así recomiendo a todo el mundo que no se corte un pelo y ponga a la escoria en su sitio hasta que se sienta tan mal que tenga que replegarse. Ya uno está un poco cansado de que los seres más infecciosos de este mundo en lugar de vergüenza por su condición sea orgullo lo que sientan.
Para terminar y solo para que os hagais un poco a la idea del sufrimiento auditivo que uno ha de soportar en el metro, tren, autobus, etc. os pongo esta bazofia vomitada, evidentemente, por algún deficiente mental:
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2 comentarios:
jejeje, los turbo niños q llamo yo... me alegra ver que los canis no nos gustan a muchos.
gracias por tu visita
No me queda más que aplaudir este blog. Es lo que siempre he pensado pero expuesto públicamente. Simplemente, genial.
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